En detrimento del uso del más moderno todavía y de los estilos imperantes, hay otros que optan por confundir al ya confuso oyente y tratar su música con el mimo que lo hacían antaño o directamente copiando a sus ídolos que nunca conocieron. Épocas pasadas calcadas en nuevos talentos a modo de homenaje a todos aquellos que, al fin y al cabo, han conformado la música actual. Con Mac DeMarco tenemos a un trovador cuyo sonido ha sido atrapado en un cajón de madera antigua difuminando la producción de antaño -si bien nunca se acercarán de la perfecta producción de The Beatles- y tal como otros hacen, llámese Geneva Jacuzzi o Sean Nicholas Savage, retan al oido sin saber diferenciar muy bien si nos encontramos en el 2012 o unas décadas más atrás.
Mac DeMarco muestra una cara más glam, otra de cantautor desolado, pasando las horas tomando unos whiskys con Deerhunter en un bar lúgubre. Con solo 21 años, el canadiense se envuelve de un halo nostálgico, añejo y cálido y convence con sus melodías, guitarras cristalinas y una voz altamente infecciosa que lo diferencian de sus compañeros de sello como Blouse, Beach Fossils o Diiv. Captured Tracks se ha llevado a otro buen artista que dará que hablar entre el público indie y se perfila como el sello que abarca variados espectros del pop actual.