El desarrollo de la tecnología y el interminable agujero en el que se sumerge la industria explican que cada vez sean más los músicos noveles que debutan con grabaciones caseras de sonido intachable. No es, sin embargo, un fenómeno habitual en el R&B, estilo venido a menos comercialmente aunque aún ligado a una imagen de glamour absolutamente opuesta al entorno de un dormitorio.
Una sola mixtape, cincuenta minutos de música que le prendieron fuego a Internet, es todo lo que ha necesitado el canadiense Abel Tesfaye para darle un sonado revolcón al R&B y situar su nombre a la cabeza de un género poco a dado a las alegrías recientes. Y aquel primer trabajo, "House Of Balloons", un frenético y desacomplejado tratado sobre sexo, drogas y madrugadas en vela al que le han llovido comparaciones con The xx y James Blake, es el responsable directo de que el canadiense se haya convertido en un nuevo Mesías de la música negra. Algo que no hacen más que confirmar “Thursday” y “Echoes Of Silence”, referencias que, cerrando la trilogía, han acabado por aupar a Tesfaye a la condición de fenómeno de la temporada.
En 2013 llegaría su álbum debut, de título "Kiss Land", y en 2015 la publicación de “Beauty Behind The Madness”, el disco que le llevaría al top 1 de Billboard 200 con canciones como “Can't feel my face” y “Earned it”. Sus siguientes trabajos, "Starboy" (2016), "My Dear Melancholy" (2018) y "After Hours" (2020) le han catapultado al estrellato, lo que le ha valido el reconocimiento de diferentes premios e incluso encabezar el medio tiempo de la Super Bowl en 2021, algo solo al alcance de los más grandes.
