Desde la disolución en 2001 de los nunca suficientemente reivindicados Red House Painters, Mark Kozelek ha ocupado buena parte de su tiempo en su nuevo proyecto, Sun Kil Moon, que podría entenderse como una destilación acústica de los quehaceres eléctricos de entonces.
Inicialmente presentada como banda de versiones de grupos tan dispares como AC/DC o Modest Mouse, la mano firme de Kozelek demostraba ser capaz de vampirizar canciones ajenas hasta convertirlas en propias. Su estilo combina arpegios a la guitarra con una voz melancólica que relata de forma pausada fragmentos dispersos de un diario imaginario. Su disco de 2014, Benji, ha sido considerado por los medios especializados como su obra maestra.
Sun Kil Moon es la prueba fehaciente de que segundas partes sí pueden ser buenas.