Desde la impactante portada de Y (Radar Records, 1979), una tribu de Nueva Guinea parece cuestionar la vulnerabilidad de la civilización occidental, apelando directamente a nuestra condición de meras víctimas propiciatorias sometidas a los designios actuales del libre mercado. Del mismo modo, el envoltorio revela la verdadera esencia de su...
Desde la impactante portada de Y (Radar Records, 1979), una tribu de Nueva Guinea parece cuestionar la vulnerabilidad de la civilización occidental, apelando directamente a nuestra condición de meras víctimas propiciatorias sometidas a los designios actuales del libre mercado. Del mismo modo, el envoltorio revela la verdadera esencia de su contenido: un grito desesperado y rabioso contra la hegemonía cultural del rock; a la postre, otra nueva forma de colonialismo.
En una entrevista reciente, Mark Stewart abogaba sobre la responsabilidad del artista a la hora de tomar conciencia de la realidad que le rodea. En los viejos tiempos de The Pop Group, el rock “era una celebración de la conciencia”, tanto en un plano ideológico como estético. Esa es la razón de que canciones compuestas hace más de treinta años, como We Are All Prostitutes, mantengan todavía su vigencia intacta. Basta con revisar la escalofriante y visionaria lucidez de algunos de sus versos: “Todos tenemos un precio y tú aprenderás a vivir en la mentira (...) El capitalismo es la más bárbara de todas las religiones / Los grandes almacenes son nuestras nuevas catedrales / Nuestros coches son mártires de la causa (...) Nuestros hijos se levantarán contra nosotros / Porque somos los únicos culpables”.
El propio Nick Cave, quien los tomó como modelo a seguir en su etapa con The Birthday Party, describe la música de The Pop Group como “impía, maníaca, violenta, paranoica y dolorosa”; casi un exorcismo en toda regla: tan perturbador como necesario.
En 1978 Stewart, Jon Waddington, Gareth Sager, Dan Catsis y Bruce Smith eran unos jóvenes arrogantes, ambiciosos y subversivos. Bajo el paradójico sobrenombre de The Pop Group, arremetieron contra los cimientos de la música popular; los mismos que sostenían los pilares de la sociedad capitalista. La principal novedad radicaba en que sus pretensiones revolucionarias se aproximaban al ideal anárquico e individualista de Émile Armand y Wilhelm Reich, al mismo tiempo que sus referentes musicales equidistaban de la ortodoxia punk del momento. Aficionados a la música negra, desterraron a The Clash y Sex Pistols en favor de King Tubby, Ornette Coleman, Sun Ra, The Last Poets y George Clinton; se interesaron por la vanguardia de Pierre Henry y Can y trasladaron la puesta en escena de Bertolt Bretch a sus performances en directo.
Lo mismo que Picasso adoptó las formas artísticas africanas en su pintura, The Pop Group revolucionaron el punk con su concepción -a la par cubista y primitiva- del funk y del reggae. Su sonido tribal, casi ritualístico, inflamó la espiritualidad del dub con la pirotecnia ruidista y adoptó la cacofonía del free jazz como consigna política. Agitadores, abrasivos y conceptuales, su compromiso con la destrucción sistemática del lenguaje musical convencional les distanció de bandas afines como P.I.L., The Slits, A Certain Ratio o 23 Skidoo, posicionándoles en los márgenes de la insurgencia más experimental del post-punk, junto a James Chance, This Heat y Cabaret Voltaire.
Su arrebatador debut, producido por Dennis Bovell (responsable así mismo del Cut de The Slits) es, según le confía el propio Stewart a Simon Reynolds en Totally Wired: Post-punk Interviews and Otherviews (Faber & Faber, 2009), "un intento de mezclar material poético y existencialista con anhelos políticos". En ese sentido, frases como "nuestra única defensa es unidos en un ejército / te voy a esgrimir como un arma" (She Is Beyond Good and Evil, 1979) adquiere valores casi nietzschianos frente a un mundo hostil. “La idea del amor incondicional como un arma revolucionaria (...) te daba esperanza en un mundo mejor, te daba idealismo y energía”, afirmaba Stewart.
Si el Entainment! (EMI, 1979) de Gang of Four prefiguraba el advenimiento de Fugazi, los ecos de The Pop Group resuenan en los mejores The Ex y su influencia se extiende a lo largo de una larga cadena de ADN que discurre sin pausa hasta la actualidad; bien sea a través de los proyectos posteriores de sus miembros originales (Mark Stewart & The Maffia, Pigbag, Maximum Joy, Head o Rip, Rig & Panic) o recalando en Wild Bunch y Massive Attack, el Tricky de Maxinquaye (Island, 1995) o Pre-Millenium Tension (Island, 1996) o los Liars de They Threw Us All in a Trench and Stuck a Monument on Top (Gern Blandsten, 2001).
Aprovechando la reunión de la banda en 2010, Mark Stewart ha convocado al grueso de la formación original, empezando por el guitarrista Gareth Sager y el baterista Bruce Smith (quien también ha tomado parte de la reencarnación de P.I.L. junto a John Lydon). A ellos se suma el bajista Simon Underwood, sustituto de Dan Catsis en la grabación de su segundo álbum, el definitivo For How Much Longer Do We Tolerate Mass Murder? (Rough Trade, 1980).