Vuelve la voz. Esa cálida y sugerente voz que, atrapada en el cuerpo de Hope Sandoval, adormeció el rock durante los noventa con infinita dulzura y alzó indestructibles puentes hacia el folk y el slowcore. Bueno, en realidad nunca se llegó a ir del todo, sino que se entretuvo durante buena parte de la década pasada junto a The Warm Inventions y colaborando con Massive Attack y The Chemical Brothers, pero ahora, un buen puñado de años después de “Among My Swan” (1996), Sandoval se reencuentra con su compañero David Roback. La primera noticia fue el anuncio de la grabación de “Common Burn / Lay Myself Down”, single etéreo y flotante. Sin duda, una de las mejores noticias que podían recibir los amantes del narcótico y sonámbulo desarrollo de ese dreampop repleto de recovecos que el dúo patentó en trabajos indispensables como “So Tonight That I Might See” (1993).
Mazzy Star es una banda de rock alternativo americana formada en 1989 como una evolución de la banda Opal, una colaboración entre el guitarrista David Roback y el bajista Kendra Smith. Hope Sandoval, amiga de Smith la reemplazó como vocalista de la banda. Si la psicodelia tuvo una voz en los '90s post-punk, Mazzy Star fue sin duda su mejor reencarnación. Ellos se encargaron de reivindicar el lado oscuro de la psicodelia, ejemplificado por las canciones más distendidas de los Doors y Velvet Underground. En sus tres discos dieron vida a una música de contornos sinuosos que abraza la psicodelia más clásica y el folk-pop, aunque también subsumen bastante bien en el tedio disociativo típico de los 1990s. Canciones de acompañamiento para lluviosos días de otoño, pero también para descensos hasta los infiernos interiores.
La sucesión de los temas en sus tres celebrados discos parece que nos lleva desde los abismos de la pesadilla al despertar luminoso, de la desesperación al arrullo materno. Las melodías de Mazzy Star abrazan y reconfortan, sí: son el perfecto acompañamiento en la depresión invernal y la placentera sintonía de despertares estivales. Esa dualidad característica del sonido del grupo de David Roback y Hope Sandoval se ha mantenido en toda su trayectoria musical, dejándose abrazar por el espíritu de la Velvet Underground y Nico y, también, por qué no, de los Doors en la recreación de esos temas con final de apocalipsis de órgano y guitarras.
