Matthew Herbert es un compositor y productor inglés que todo amante de la electrónica debe conocer. Es un maestro, la figura contemporánea más innovadora y experimental en lo que respecta a la electrónica más influenciada por el jazz. Su música puede calificarse como jazz-house y house minimalista, pero en términos generales este artista forma parte de la amplia escena del jazz electrónico. Pero, más que nunca, para conocer la música del inglés no es necesario saber hablar de estilos, sino de su única filosofía musical. Lo que seguramente te interese saber es que Herbert ha sido capaz de producir todo un álbum simplemente sampleando comida y sus envoltorios (sin utilizar ni un sólo instrumento), que jamás utiliza cajas de ritmos (bases electrónicas ya programadas utilizadas frecuentemente por los productores) ni samples de otros artistas, que samplea cualquier sonido relacionado con su entorno (el ruido de un coche, alguien leyendo un periódico...) para utilizarlos en sus temas, que concibe sus actuaciones como espectáculos (alguna vez ha salido al escenario acompañado por un cocinero, y mientras este prepara algún plato el inglés hace música sampleando los ingredientes) y que sabe entretener y cautivar con su música al tiempo que denuncia la situación del mundo (la política bélica e imperialista de los Estados Unidos es aquello contra lo que más insistentemente lucha). Es, en definitiva, y la lectura del resto de la biografía no hará sino confirmarlo, una figura única en el mundo de la electrónica, un creador excepcional absolutamente imprescindible: se debe conocer para ampliar los horizontes sonoros y descubrir nuevas formas de concebir la música.
Matthew Herbert es, ante todo, un verdadero músico: empezó a la edad de cuatro años, aprendiendo a tocar el violín y más tarde el piano. A los siete tocaba en orquestas y coros, desde los trece años ya componía sus primeras obras de música culta y formó parte de la big band de su colegio (con la que irá de gira a Suiza con 16 años, descubriendo su interés por la música en directo). Conoce la música concreta y repetitiva en un curso de historia de la música, lo que hace que sea capaz de apreciar tanto un buen tema pop como una suite de Stockhausen. Un inspirado profesor de música, Pete Stollery, que componía temas de eletro-acústica en su tiempo libre, fue el primero que le mostró las grabaciones de la música de Steve Reich y Xenakis, además de jazz clásico, argumentando que debía apreciarse como la música de Beethoven. Esto marcó definitivamente los gustos musicales del joven Matthew. Se familiarizó con los aparatos electrónicos aprovechando que su padre era ingeniero de sonido para la BBC: antes de ir a la Universidad tener su propio mini-estudio doméstico. Fue en esa época cuando descubrió el sampler, instrumento electrónico, del que ha multiplicado sus posibilidades.
Desde que tuvo su Casio CZ-1, él se dedicó a investigar los ruidos, “algunos compran sonidos pregrabados, otros quieren imitar los instrumentos existentes, para mí, lo que es interesante es justamente intentar crear sonidos genuinos con esas máquinas”. Al principio se dedicaba a samplear todo lo que tenía a su alrededor: una botella, papeles cayendo al suelo, una silla arrastrada... Muchos de estos sonidos eran sampleados tantas veces que su sonido original era prácticamente irreconocible. Llegó incluso a producir un tema dance sampleando los sonidos provenientes de desmontar una radio (por entonces producía una música electrónica muy experimental, firmando como Herbert o con alguno de sus otros seudónimos: Radio Boy, Doctor Rockit o Wishmountain).
Herbert grabando el sonido de un pollito para Plat du jourEsta fijación por hacer música a partir de sonidos creados por él mismo, sin utilizar sonidos preexistentes (sacados de otros discos, o de cajas de ritmos), le ha llevado a redactar un especie de dogma, un manifiesto, llamado PCCOM (PERSONAL CONTRACT FOR THE COMPOSITION OF MUSIC), que tiene cuatro puntos básicos: el uso de sonidos que ya existen no está permitido; replicar los instrumentos acústicos tradicionales no está permitido si existe la posibilidad física y financiera de utilizar los instrumentos reales; la inclusión, desarrollo, propagación, existencia y belleza de lo que comúnmente se conoce como accidentes, debe ser apoyado; la fuente sonora de los temas debe estar relacionada con el tema en cuestión (ejemplo, si es un tema sobre el café, podrá utilizar el sonido de una cafetera, de un grano de café cayendo al suelo...). Incluye un decimoprimero punto opcional: los remixes deben efectuarse utilizando únicamente los sonidos del compositor del tema original, incluido el envoltorio en el que esté contenido.
Tras editar una serie de singles, para diversos sellos, ofrecer numerosos conciertos bajo sus diferentes pseudónimos y pinchar por todos los rincones del mundo, comienza su carrera discográfica como Herbert. Estamos en el año 96, en Londres, el sello Phono edita 100 lbs, un álbum de house y techno experimental que atrae la atención de la crítica, pero no del público. Ese mismo año, llegarían a las estanterías (pero sólo a unas pocas y selectas estanterías), el álbum Parts 1, 2 & 3, una recopilación de los singles anteriormente editados. Un trabajo tan interesante como el anterior, que explora el house y la música dance desde la experimentación y la innovación. En 1998 se lanzaría uno de los dos álbumes que han contribuido a revolucionar el mundo del jazz-house house: Around the house, producido a partir del sampleo de los ruidos y ambientes producidos en el entorno doméstico. Supuso la primera colaboración entre el músico y la cantante Dani Siciliano. La cumbre de su carrera llega tres años después, con la edición del álbum Bodily functions (concebido a partir de los samples de ruidos corporales), una obra maestra que sigue la línea experimental marcada por Around the house, pero que se acerca más al jazz.
Del 2002 data su espléndido doble álbum de remezclas: Secondhand sounds. Herbert Remixes, con 21 temas que abarcan múltiples estilos que van desde el jazz-house hasta el techno, pasando por el deep-house y la música dance. Un año después llegaba una nueva obra maestra de Matthew Herbert, Goodbye singtime, grabada con una big band de jazz de una veintena de músicos y cuatro cantantes (Jamie Lidell, Arto Lindsay, Shingai Shoniwa y Dani Siciliano). Los temas son el resultado de superponer el sonido de la orquesta y los samples obtenidos a partir de las grabaciones recogidas por el músico durante los ensayos. En septiembre del 2005 se edita Plat du jour, en su sello Accidental. En este nuevo trabajo lleva su gusto por la experimentación y por el sampleo de sonido reales un punto más allá, culminando la evolución lógica que comenzó con Around the house. Combina el entretenimiento propio de la música con la información acerca de los problemas de la alimentación y la conveniencia de alimentarse de manera equilibrada. Plat du jour, como no, otra deslumbrante obra maestra, acaba en tercera posición en los I Premios Acid Jazz Hispano, y uno de sus temas, Celebrity (producido sampleando cajas de cereales anunciados por famosos), consigue el premio al Mejor Tema. Su discografía de completa con Scale, editado en Studio !K7 el 30 de Mayo del 2006, un maravilloso álbum pop, su obra más accesible hasta la fecha. Ese mismo sello germano reedita en Octubre del 2006 100 lbs, el primer trabajo del inglés, con un segundo CD que incluye rarezas y temas inéditos. En Marzo del 2007 llega a las tiendas Score, una recopilación de sus composiciones para cine, de nuevo de la mano de Studio !K7.