Niña prodigio de la música británica, la imagen de Laura Marling (nacida el 1 de Febrero de 1990 y originaria de Eversley, Hampshire, Inglaterra) transmite juventud y frescura, pero todas las canciones que ha venido desperdigando desde que publicó “Songbox” en 2008 nos hablan de alguien que ha interiorizado la tradición del folk siguiendo el camino que va de Nick Drake a Joni Mitchell. Y es aferrándose a esa tradición y plasmándola en trabajos como “I Speak Because I Can” (2010) o “A Creature I Don’t Know” (2011) que la británica se ha convertido en una de las voces más magnéticas y omnipresentes del nuevo panorama musical británico. Y todo con poco más de veinte años, edad que, sin embargo, no le ha impedido ser candidata al Mercury Prize y ganar el Brit a la mejor artista femenina de 2011.
Laura Marling se educó en la música gracias a su padre, que dirige un estudio de grabación en Hampshire y la alentó a tocar aprendiendo de los maestros del folk británico: Fairport Convention, Vashti Bunyan, John Martyn… Eso, en sus palabras, es a la vez “una bendición y una maldición”. Lo cierto es que su música, desde que iniciara su carrera en 2007 con apenas 17 años, ha sufrido una evolución considerable. Desde el principio mantiene esas hechuras folkies, pero la dulzura pop de ‘My Manic And I’ o ‘Cross Your Fingers’ (de su debut ‘Alas I Cannot Swim‘) se volvió aridez en ‘I Speak Because I Can‘ y en ‘A Creature I Don’t Know’ lleva, apenas superada su veintena, aún más allá esa demostrada seriedad.
