El encanto acústico y ligeramente asilvestrado de Grate Lake Swimmers se enrarece y torna espectral en manos de Colin Huerbert, ex miembro de la banda canadiense que, aliado con Erik Arnesen, ha ideado Siskiyou como vehículo para dar rienda suelta a su visión del folk, algo más espartana y doliente que la de su ex banda aunque igual de hermosa. Su debut homónimo, grabado a salto de mata en lavabos, habitaciones de hotel y terrados, ya ahogaba la tristeza del pop-folk entre pliegues de una producción soleada y melancólica, y esa melancolía es precisamente la que parece capitalizar “Keep Away The Dead” (2011), brumosa continuación con la que los de Vancouver se arriman a Little Wings y Ben Weaver.
Sus canciones hablan de existencia y de muerte, pero desde una posición serena y contemplativa, huyendo de la angustia y de una forma muy cercana al pop que consigue sonar muy natural. Estas son las ideas que rondaban por la cabeza de Colin Huebert cuando todavía era miembro de la banda de folk Great Lake Swimmers. Él quería desarrollarlas, y lo pudo hacer a partir de 2008. Fue entonces cuando abandonó la banda y dispuso de tiempo y energía para tirar adelante su proyecto, que habla principalmente de muerte y de la tierra, utilizando un lenguaje pop que suena cercano y natural, aunque dotando a su música de un halo melancólico imborrable por esa evidencia que es la muerte y que siempre está presente.
También el paisaje es importante. Vancouver y el paisaje exuberante pero siempre frío de la costa noroeste del Pacífico están presentes en sus temas. La tierra, en el mundo de Siskiyou, se acaba convieriendo en el testimonio eterno de la vida de todos los seres humanos, y Huebert nos habla de su tierra personal, la que ve su vida y seguramente verá su muerte.
