Desde hace muchos, muchos años, la pequeña localidad de Arriondas sufre una gran transformación cuando llega el primer fin de semana de agosto. La villa del oriente asturiano pasa de ser un lugar más o menos tranquilo, refugio de turistas atraídos por el paisaje verde y montañoso, a convertirse en centro neurálgico de la fiesta popular más emblemática del Principado. Y es que hablamos del punto de salida del Descenso Internacional del Sella, un acontecimiento que mezcla con naturalidad deporte, tradición, bullicio y ocio nocturno, congregando cada verano a miles de personas de toda edad y condición.
Con este marco de fondo, y por si faltaba algún ingrediente lúdico festivo a la gran celebración que es la Fiesta de las Piraguas, a partir de este año Arriondas contará en las mismas fechas (este año del 1 al 4 de agosto) con un nuevo plan especialmente dirigido a la gente más joven, en especial para aquellxs que buscan vivir una experiencia veraniega inolvidable. Hablamos de Riverland, a priori un nuevo festival de los tropecientos que se celebran cada año en nuestro país. Pero si miramos más detenidamente, podemos apreciar muchos matices que lo convierten en un evento especial. ¿Es un festival? ¿Un campamento de verano?¿Un parque temático? ¿Una fiesta de prao? Quizás un poquito de todas ellas. Vamos a explicarnos:
Por supuesto Riverland es un festival de música, no hay más que ver el cartel con el que hace su presentación en sociedad este año, conformado por más de 30 artistas de entre los más destacados del panorama nacional: primeras figuras del hip hop y la música urbana como Natos y Waor, Ayax y Prok, C. Tangana, Bad Gyal, Beret, Don Patricio, Rels B o Kaydy Cain compartirán escenario con bandas consagradas del indie y el pop/rock como Miss Caffeina, Sidecars, Taburete o Rulo y la contrabanda. También tendrán su hueco bestias de la pista de baile como The Zombie Kids, así como otros djs, artistas locales y bandas emergentes, configurando un cartel ecléctico en cuanto a estilos que satisfará a públicos de gustos variopintos. Una propuesta musical sólida y bien armada que de un plumazo sitúa a Riverland en la primera división de nuestro panorama festivalero.
Además de asegurar la diversión ligada a la música en directo en horario tarde-noche, la novedosa apuesta del festival asturiano pasa por crear una experiencia lúdica global, ofreciendo al público acceso a todo tipo de actividades excitantes y a planes de entretenimiento a cualquier hora del día. Así, podrás ver un concierto desde un globo aerostático o subido en una noria como si del mismísimo Coachella se tratara; o ser la estrella por un día y encaramarte a un escenario-karaoke a compartir tus greatest hits con el resto de asistentes. O incluso casarte en una wedding chapel cual Elvis en Las Vegas. A esto hay que sumarle escape rooms, toro mecánico, piscinas de bolas, hinchables, tirolina, coches de choque…todo ello entre chapuzón y chapuzón que puedes pegarte en la playa fluvial del festival, un espacio único en el que podrás elegir entre relajarte o seguir la fiesta en el agua. La diversión está garantizada 24x7.
Si lo que quieres es sumergirte por completo en la experiencia Riverland lo suyo es que te alojes en una de las dos zonas de descanso habilitadas por la organización, ambas situadas muy próximas a la zona de escenarios, y en las que podrás acampar y disfrutar de una estancia confortable, segura y divertida. Aquí contarás con servicios como zona de restauración, supermercado, consigna y recarga de móviles, wifi, baños perfectamente equipados (con duchas de agua caliente), etc, en lo que será una pequeña ciudad que se convertirá en el epicentro de la vida diurna en Riverland.
¿Aún quieres más? La guinda del pastel la pone el entorno: un recinto a escasos kilómetros de las imponentes cumbres de los Picos de Europa, entre bosques y verdes colinas, a la ribera del emblemático río Sella. El típico paisaje asturiano que hace de perfecto telón de fondo para esta romería 2.0, ¿oyísti?
Las vacaciones de tu vida te esperan en Riverland del 1 al 4 de agosto. ¿Vas a dejar que te lo cuenten?