Proyecto Personal es un dúo fenomenal y elegante. Soledad y Eduardo basan sus letras en historias reales que reviven en primera persona: dramas de amor, desamor, esmalte de uñas, tenis y desempleo. En opíparas cenas de domingo se reunen para dar forma a sus composiciones, anhelando espléndidas veladas en cruceros nacarados y hoteles resort.
En mayo de 2010, Soledad formaba parte del prestigioso Club de Ukelelistas de Claremont en Los Angeles, integrado por moteros californianos jubilados. Eduardo, uno de los mayores inversores de la industria de Instrumentos Absurdos de nuestro país, hacía desde Madrid su primera aparición estelar como vuvuzelista profesional en Radio3, musicando la mañana en riguroso directo desde el lavabo de un despacho de abogados.
Nada hacía prever que personas tan alejadas en el tiempo y el espacio pudieran llegar a confluir. Sin embargo, ambos compartían dos afinidades fundamentales: un desmesurado afán de coleccionismo de instrumentos con nombres acabados en “lele” (bajoleles, banjoleles y ukeleles), casiotones torturados y cajas de ritmos con arritmias, y un profundo amor por la ginebra con tónica.
Fue así como surgió, en una calurosa noche de junio del mismo año, la idea de narrar la historia de sus vidas y la de sus allegados en clave melódica, con cadencia tropical y analógico candor.