A Peter Pisano, miembro de la banda The Wars Of 1812, le dio un ataque creativo, tras seis meses de sequía, durante una noche del verano de 2008 mientras su grupo se tomaba un respiro. Durante dos meses se reencontró con sus musas y escribió montones de canciones. Conoció, en esos días, al batería de sesión Brian Moen, también de Minneapolis y miembro de bandas como Laarks o Amateur Love, y se metieron en el estudio casero de este último a grabar frenéticamente, descubriendo que Moen no solo era un percusionista imaginativo y capaz, sino que además aportaba sus propios matices melódicos a los bocetos de Pisano, dándoles estructura y consistencia.
Tras el nombre de Peter Wolf Crier se esconde Peter Pisano, atípico cantautor estadounidense que ha encontrado en la alianza con el batería Brian Moen la mejor manera de dar rienda suelta a una visión abrupta y cortante del pop –antes, en el primerizo “Inter-Be”, fue el folk- y seguir a trompicones las estelas de, según el caso, David Bowie o Death Cab For Cutie. Intenso, dinámico y con una ingeniosa concepción de los ritmos y los arreglos sonoros, Peter Wold Crier se dio a conocer con “Inter-Be” y “Garden Of Gems”, con esas producciones tan cuidadas y unos teclados que lo envuelven todo, se ha convertido en su sugerente confirmación.
Un sonido lo-fi abrupto y cargado de extrañeza, capaz de crear coitus interruptus como el brusco final guillotinado de “Having It Out” o de encontrar una suciedad celestial en muchos de sus trucos de estudio. Desde luego, aportan otra perspectiva a ese formato tan en boga de guitarra-batería, con interesantes añadidos de teclados en muchos temas. Pinceladas eléctricas, programaciones, retazos de folk y una pizca de indie-trónica crean una melaza que les emparenta con el Conor Oberst más inquieto, el Dominique A más recogido o el John Vanderslice más reconocible. Todo aderezado con el histrionismo vocal irritante a lo Arcade Fire que tantos copian con descaro constantemente.
