Biografía

El nuevo pop sería retorcido o no sería, y Other Lives, con ese gusto por el folk brumoso y el pop enrarecido entre orquestaciones e instrumentaciones barrocas cumplen al pie de la letra la máxima de la nueva década. Y es que los de Oklahoma buscan caminos alternativos y sin asfaltar para acabar llegando a unas canciones en las que el embrujo de Fleet Foxes se encuentra con el folk de cámara y las alucinaciones psicodélicas de Mercury Rev. Other Lives recuerdan a la humanidad sonora de Bon Iver, aderezado con una gama instrumental que ambienta a la perfección cada canción.

De entrada, Other Lives no son una banda de rock como tal, pues fue concebida como un proyecto instrumental que dio cabida a músicos que tenían intereses muy diferentes a los que una banda de garaje podría tener. Más bien es un grupo que esperó muchos años a que su música le dijera qué dirección tomar para incluir textos en sus canciones, momento en que su repercusión comenzó a ser mayor. Así, nos encontramos ante una banda que en muy pocos años ha conseguido alcanzar una integridad propia de un conjunto enorme.

Su estilo lúgubre y melancólico fue el punto de partida en el que la banda se basó de cara a la creación de su álbum debut homónimo. "Other Lives" es un LP producido por Joey Waronker (Eels, Lisa Germano) que se puso a la venta en abril de 2009 y que, a pesar de aglutinar bastantes de las canciones editadas hasta la fecha en sus dos primeros EPs, presentaba algún que otro esbozo del libro de ruta que estaba tomando el conjunto en ese momento. Lejos de querer estancarse, Jesse Tabish y sus compañeros de fatigas ampliaron el espectro de su propuesta acercándose al jazz en algunos de los temas más características del compacto, cohesionando de forma perfecta jazz e indie folk mediante una figura vocal encarnada por Tabish que recuerda a los crooners de antaño.

El paso de la consolidación se dio en 2011 cuando la audiencia estadounidense empezó a degustar la última exquisitez de estos magos del folk. Estamos hablando de "Tamer Animals" (Play It Again Sam, 2011), un álbum cuya base es el piano, con una escondida influencia de la música autóctona norteamericana y un toque contemporáneo. En este disco, las pequeñas limitaciones instrumentales que pudieran existir en "Other Lives" se habían eliminado. Aquí el sonido es tan épico que por momentos parece alcanzar la eternidad, y la melancolía es un veneno que cabalga desbocada a lomos de once canciones de sonido envolvente, casi hipnótico. Su poder de convicción es arrebatador, sutil sólo en el fondo, y grandilocuente en las formas.

Sin duda la segunda entrega de este quinteto de Oklahoma los sitúa a la cabeza de una nueva americana en la que la tradición no es incompatible con la vanguardia. Si existe la justicia musical, ellos llegarán a lo más alto del indie internacional. Lo tienen escrito en la frente.

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