La hoja de servicios que ha acumulado Omar León en las dos últimas décadas lo convierte, sin discusión, en una de las figuras más importantes de la electrónica nacional. Con uno u otro rol dentro del negocio, combina su trabajo en la distribuidora RED Musical o su labor como co-fundador, manager y A&R del sello Minifunk con su actividad tras la mesa de mezclas.
Como DJ, suyas son algunas de las sesiones más antológicas que se han vivido en el club Moog, donde fijó su base de operaciones ya hace un montón de temporadas y donde todavía es capaz de sorprender cada noche. Por si fuera poco, Omar ha paseado su colección de discos por festivales como Sónar, Benicassim, o clubs legendarios, como el Tresor berlinés, además de paradas en Ultraschall, (Munich), Bikini (Toulouse), Mantra (Copenhague) o Paradise Garage, (Lisboa).
La revista Go Mag le nombró en 2000 Mejor DJ español, y lo mismo ha ocurrido con la sacrosanta Rock de Lux en 2001. Mientras, él asegura que no entiende por qué le otorgan tal distinción. "Creo que la única virtud de un pinchadiscos consiste en emocionar al público mientras hace que baile; en entretener, educar y subvertir a la vez".
House, techno y electro conforman la papilla sonora de su discurso ante los platos, todo aderezado con aberraciones freestyle que van desde falsos directos de Black Sabbath a hits del italo-disco o a lonchas de vinilo con la velocidad alterada de forma abrupta. Él mismo define su estilo como "Electronic Dancing Sounds".
Siempre ecléctico, incisivo y sin miedo a las apuestas de riesgo, Omar sigue siendo un valor seguro por el que apostar.