Quizá no sean, como aseguró Bethany Cosentino (Beast Coast), la mejor banda nunca vista, pero si de algo pueden presumir las canadienses No Joy es de ser uno de los grupos más ruidosos y electrizantes de su generación. Bombeando distorsión dese Montreal y con una sana devoción por My Bloody Valentine y Sonic Youth, Jasmine White-Glutz y Laura Lloyd van un poco más allá en su afán por superponer capas de guitarras y buscan arrimarse al pop por la vía del garage.