Megan Bonell comenzó en el mundo de la música cuando decidió, con sólo cuatro años comenzar a tocar el piano ella sola.
Desde entonces se convirtió en uno de sus mejores amigos del que nunca se ha separado.
Une el folk y el pop con unas canciones cargadas de honestidad donde se puede apreciar su amos a la naturaleza y las cosas sencillas y las relaciones, enmarcadas con una voz muy cálida que transporta al oyente.