Matty Charles viene siendo parte fundamental de la escena independiente de la ciudad de Nueva York (en lo que a Americana se refiere) desde hace ya varios años, primero como artista residente de la Pete’s Candy Store en Williamsburg, Brookyn, con su trío Matty Charles and the Valentines y, ya recientemente, en solitario.
Pocos cantautores logran dominar la balada clásica de forma tan nostálgica y al mismo tiempo misteriosa. Sus composiciones, de estructura sencilla, recuerdan a Guy Clark, Johnny Cash o Robert Earle Keen y nos hablan del amor, de la resignación de los que lo han perdido y la esperanza de volver a encontrarlo cuando menos te lo esperas.