Todo empieza en Murcia, cuando Ricardo Perpén, Miguel Bañón y Román García, tras varios años grabando canciones en casa y en otros sitios con diversos nombres y en diferentes formatos, preparan junto a Pedro Jiménez y Josías Pravia una maqueta entre diciembre de 1986 y enero de 1987 con el nombre de Los Marañones que les sale muy bien. El nombre además les gusta y se lo quedan... Se trata de un grupo difícil de etiquetar y que siempre se ha movido por derroteros muy personales. En cada uno de sus discos hacen gala de su independencia creando una obra absolutamente original y variada.
Su cancionero refleja un recorrido por todo tipo de estilos siempre aunados por su peculiar modo de ver el Rock. Son canciones que se definen a sí mismas en una mezcla de muchos ingredientes para conseguir un nuevo concepto. Sus discos dejan entrever sus principales influencias, desde el pop psicodélico, el rock’n’roll de armonías atípicas, el vodevil e infinidad de medios que mezclan con audacia suficiente para conseguir transmitir un universo lleno de vitalismo y evocación, de dinamismo y sensibilidad. A estas alturas, y entre todas estas etiquetas, habría que acuñar una nueva para definirlos: “el rock marañoniano”. A través de la mera y rotunda instrumentación de un grupo de rock (batería, bajo, órgano y guitarra) las canciones se llenan de cuidados matices para enriquecer lo esencial: sus melodías y letras.