Killing Joke se creo en 1979, cuando “Big Paul” Ferguson (batería original) conoció a Jaz Coleman en Notting Hill, en el área de Londres. A ellos se unieron Geordie Walker y Martin ‘Youth’ Glover como bajista. De acuerdo con Coleman, su propósito era “definir la exquisita belleza de la era atómica en términos de estilo, sonido y forma”. En esos primeros tiempos, suenan como muchas bandas que, desde el punk, incorporaban elementos dispares. Rápidamente, se acercaron a un sonido más agresivo y denso, propio del metal. En sus conciertos se ponían de acuerdo, de forma inédita, fans tanto del punk como del heavy.
La suspicacia y el desagrado les han perseguido, aunque por parte del grupo se trataba de una provocación consciente, basada en su estética provocadora que, si tiene alguna filiación, es de ideología izquierdista. Con ella no hacían más que criticar, a modo de ironía, el mundo neoconservador que se veían venir.