El afro-indie vino para quedarse. Puede que la única influencia que quede al final de la música africana sean los ritmos saltarines (algunos similares a los del reggaeton, todo hay que decirlo) pero al menos ha servido para que el pop de los últimos años haya ganado en luminosidad y espíritu lúdico. Desde Vampire Weekend hasta Dirty Projectors (sin olvidar a los pioneros, Talking Heads), la tendencia parece haberse asentado como una forma más de pop, diluyendo sus fronteras para ser asimilada por el sencillo lenguaje de una canción de tres minutos que tocan unos chicos en el local de ensayo de cualquier parte del mundo.
Precisamente, Givers, quinteto del suroeste de Louisiana, cumplen estas premisas y no casualmente han sido teloneros de Dirty Projectors, con los que comparten muchas semejanzas, como esos cambios de ritmos repentinos o que canten chico y chica. Proceden de una ciudad con tan poca tradición pop como Lafayette, Louisiana, pero su sonido parece más propio de Brooklyn que del sur de Estados Unidos. Aparte de los elementos afro-indies, los temas de su album de debut, contienen en sus melodías un pop tan atemporal como el de unos New Pornographers.
Givers describen su sonido "a medio camino entre lo africano, el folk y el pop; pero metiéndolos bajo el agua donde son refractados por la luz y el espacio, convirtiéndose en algo refrescantemente nuevo aunque familiar"... ¡Vaya toalla!