Es casi imposible escuchar a Emma Tricca sin pensar que estamos ante una artista injustamente olvidada de los 60. Su voz y canciones retroceden automáticamente a voces como las de la primera Joni Mitchell, Joan Baez, Judy Collins, June Tabor o Jacqui McShee.
Nacida en Italia y afincada en Londres, su voz llamó la atención de luminarias como Andy Votel, quien editó su disco de debut en el prestigioso sello Finders Keepers; John Renbourn, quien la invitó a girar por Europa antes de tener siquiera un disco editado, o Jarvis Cocker, quien la invitó en la edición del Meldown festival curada por el. Uno de los secretos mejor guardados del folk inglés.