El Sombrero del Abuelo es rumba n´bass de cantautor, bulerías tácitas de verbo peleón, bohemia caribeña, electrónicas free-jazzeras, sobrevuelos por los andes y flamenco inesperado. Desde las primeras andanzas por Lavapiés, barrio céntrico e intercultural de Madrid, ya ha pasado algo de tiempo (Abril 2006). Allí se conocieron y confabularon Raúl (voz, guitarra, letras) y Juancho (percusión, coros). Bastó una noche de farra y música para embarcarse en este proyecto, en este viaje que nos propone la banda. Haría falta un bajista (Antonio del Amo), otro guitarra (Chema), un flautista (Danilo) y ¿un batería?...no, demasiado convencional, mejor un dj que lanzara secuencias desde un portátil (Alex), así dejarían el campo rítmico abierto a las posibilidades que tiene un cajón flamenco.
Así se lanzaron, a la calle, casas okupas, locales, en definitiva, a hacer música fresca, a derramar y promocionar el mensaje que viene en la filosofía del Abuelo: Revolucionario en la causa y sensible en la casa. En el camino se subieron al tren: Rodrigo (charango y zampoñas), Golo (técnico), Demetrio de Ccs (segundo dj) luego la flauta pasa a ser tocada por Luis Neyra, se incorpora Victor Guadiana al violín y guitarra eléctrica, y por último se sube a bordo Christian (charango, zampoñas, coros y guitarra eléctrica).
Una vez consolidado el trabajo, la banda graba su primer disco "Sístole y Diástole" entre septiembre del 2006 y enero del 2007 en El Laboratorio Records (Madrid), dejando así enlatada en un cd la propuesta de un conjunto que viene con aires de revolucionar el concepto del mestizaje musical que en estos tiempos nos bombardea.
Su segundo disco “DANGEROUS Peligro de Abducción”, grabado entre el 2009 y el 2011, contrasta la cara más fiestera de la banda en comparación con el disco “Sístole y Diástole”, un disco más intimista, zurcido en la tranquilidad de la trastienda, en el bar del colega, en la altura del páramo, mientras que DANGEROUS se ha venido calentando en el ínterin de los conciertos, en el infiernillo de los camerinos, en el empalme de los tres días, respondiendo al llamado milenario de la danza de combate, pues no por festivo tiene pizca alguna de frivolidad-pasota, palo de flamenco que le baila cumbia al rock para soltar la queja ancestral, verbo-perro pero fiel y amigo, poema canalla, palpitante por andar quebrado desde la entraña.