Bajo el seudónimo de El Niño de La Hipoteca se esconde Guiu Cortés, un personaje adicto al optimismo, nacido en 1982 y en el Guinardó (un barrio de Barcelona), que lo único que intenta es componer un «puñaíco» de canciones para plasmar sus penas y alegrías. Después de años y años dando tumbos por diferentes conservatorios, escuelas de música, licenciaturas de humanidades sin acabar, instrumentos, horas de tocar en el metro de Barcelona, grupos varios y de diferentes estilos musicales se metió en la música de autor a raíz de una de sus últimas formaciones Lechuga en los tanatorios.