Valladolid, ciudad de moda para todos aquellos amantes de los beats más molones. De allí proceden Urano Player's, allí reside Niño y es a orillas del Pisuerga piso comparte este último con Garbanzo. Juntos dan forma a Diploide.
A Diploide se les define como un "grupo de hip hop contrahecho y trotón", lo que nos pone sobre la pista de unas maneras de hacer beats que les emparentan con la escena beat de Los Angeles, de Flying Lotus a Dam-Funk, con estancias en Glasgow (Hudson Mohawke) y Estocolmo (Randy Barracuda). Cortesía de Niño, sus instrumentales son de las que sueltan latigazos electro, lubrican a ritmo de disco-funk, se rebozan en aceites dubstep y se bambolean entre el boogie y el skewee. Lo anterior escanciado por un Garbanzo que, tanto en lírica como en métrica, va por libre, a lametazos entre el vacile constante, la sorna mesetaria y las ganas de pillar cacho. "Crítica cultural" lo llama él.
Suena fresco, suena bizarro así como escasas veces ha sido facturado algo así por aquí. Y por todo ello, mola. Más aún cuando uno se entera de que las tres canciones de su debut fueron grabadas en la casa que comparten los Diploide y que se pueden conseguir bien mediante descarga (por la voluntad) a acudiendo a una edición limitada a 123 copias en vinilo a cargo de Galleta Records.
