Un fisioterapeuta, un enfermero y un técnico de sonido. Dos de ellos fueron amigos y luego compañeros de escenario y al tercero lo conocieron en la escena barcelonesa, concretamente en las caóticas noches de fiesta de la capital catalana. La primera vez que tocaron juntos no sabían ni qué era exactamente Diamante Negro. Probablemente a día de hoy tampoco lo saben, aunque a diferencia de cómo era antes, ahora les da igual y por eso basan su música en la libertad y en la ausencia de límites.