Aaron Pfenning y Caroline Polachek empezaron a dar forma a Chairlift en la Universidad de Colorado, pero fue su traslado a Williamsburg y la entrada en la banda de Patrick Wimberly lo que acabó por sentar las bases de este proyecto de electrónica recreativa y cándido synth-pop en la senda de MGMT y La Roux. Después de publicar un primer trabajo, “Does You inspire You”, impulsado por esa “Bruises” que se convirtió en banda sonora de un popular anuncio televisivo, Polachek y Winberly han tomado las riendas de la banda para dar forma, ya como dúo, a los paraísos sintéticos de “Something” editado en 2012.
El segundo álbum del dúo de Brooklyn Chairlift es una soberbia demostración de que un disco puede ser rematadamente retro y a la vez absolutamente contemporáneo y personal. Es difícil poner a Something un ancla espaciotemporal. Si en las estupendas "I belong to your arms" y "Met before" parece residir en la Inglaterra del cambio de década entre los ochenta y los noventa, por ser claramente deudoras de grupos británicos con chica al frente de la época como The Darling Buds o Popguns, otras maravillas como "Take it out on me" o "Sidewalk Safari" no podrían haber sido compuestas en el siglo XX. La marciana producción, que puede sonar por momentos al Mike Oldfield más pop o al Nacho Cano (el de Mecano) más excéntrico (los sintetizadores de Wrong opinion parecen sacados directamente de Aidalai), aporta el punto excitante y desprejuiciado, uno de los mayores aportes de la era que nos ha tocado vivir. Habrá a quien la voz de Caroline Polachek le eche para atrás, algo que también puede ocurrir con sus contemporáneos Young Galaxy. El oyente indie no está acostumbrado a vocalistas con grandes facultades y tendentes al gorgorito. Pasada la grima inicial, su voz se revela como un instrumento más y un elemento capital e imprescindible de su sonido.
En esencia: sonoramente excitante y melódicamente apabullante.
