Barakaldo, día 2. Vuelta al BEC, descansados y con el txacolí y los pintxos de rigor todavía rebotando en el estómago. Al acceder al recinto percibimos que hay más gente que el día anterior. Buenas noticias, estamos disfrutando de la experiencia y nos gustaría tener la oportunidad de repetir en 2014. Esperamos que a la organización le cuadren los números.
Nos dirigimos directamente al Escenario 1 dispuestos a ver a These New Puritans, que llegan precedidos por las buenas críticas cosechadas por su tercer álbum Field of Reeds. Los británicos salen al escenario en formación de septeto, con sección de viento incluida. Una vez más el sonido no me convence (¿seré yo, maestro?), y no llego a conectar en ningún momento. Concierto frío, oscuro y bastante experimental, que en mi modesta opinión habría funcionado mejor en el auditorio del escenario 4. Pequeña decepción.
Consultamos el reloj, sopesando las opciones que tenemos para quitarnos el mal sabor de boca. Comprobamos que el concierto de los Puritans ha acabado bastante antes de lo que marca el horario oficial, algo no encaja. Momento de confusión y cruce de cables, seguramente agravado por chateo previo en el casco antiguo bilbaíno. Qué mejor solución que acercarnos a la barra y pedir otra ronda de cervezas para aclarar ideas. Lo conseguimos: resulta que Everything Everything han cancelado, y esto ha provocado algunos cambios en la programación del escenario principal. Que no cunda el pánico.
Después de un paseo sin rumbo fijo, volvemos a recalar en el escenario 1, donde The Courteneers están descargando su indie rock guitarrero de manual, que nos sirve para desengrasar las articulaciones y quemar algunas calorías alcohólicas. Abandonamos nuestra posición antes de que acabe el concierto, con rumbo al vecino Pabellón 3 y la intención de ver a Belako, la gran promesa local. Está claro que tocar en casa y en prime time (22:45) ayuda mucho a tener una audiencia numerosa, hasta el punto de conseguir congregar a más gente que otros conciertos a priori con más tirón. Comprobamos que los temas de su disco debut “Euri” funcionan muy bien en directo. La gente responde, y nosotros nos contagiamos de la energía que flota en el ambiente y de las ganas que le ponen estos cuatro jovenzuelos. Interesante ver hacia dónde evolucionan en próximos trabajos.
Llega un momento de solapes problemáticos, que resolvemos a golpe de descarte. Mark Lanegan, al que vamos a ver al día siguiente en el avilesino Centro Niemeyer, es el primer sacrificado por razones obvias. The Wedding Present también resultan finalmente descartados ante la opción de cenar algo y ver el final de Mercury Rev. Éstos suenan potentes y psicodélicos, con un Jonathan Donahue entonando con su particular voz algunos de sus temas más conocidos (Goddess on a Highway, Holes, The Dark is Rising...), entre desarrollos instrumentales y tragos de vino.
Llega el turno de los cabezas de cartel del sábado. Hablamos, como no, de Gossip. La banda americana se centró en su reciente faceta ochentera, para ofrecer un show muy bailongo en el que por primera vez me sobra la chaqueta. A destacar el chorrazo de voz de Beth Ditto, que se mostró de lo más comunicativa entre tema y tema. Su gusto por Lady Gaga y los cortes de pelo locales (¡!) fueron algunas de las curiosas confesiones que compartió con su numerosa audiencia. Quemamos nuestros últimos cartuchos con Heavy Cross, que pone punto y final al concierto y a nuestra estancia en el BEC. El primer BIME Live llega a su fin con buena nota. Parece ser que la organización ya habla de nuevas ediciones. Esperamos que así sea.