¿Puede una caja de ritmos danzar al ritmo de una muiñeira? ¿Pueden los ritmos de antes de ayer sonar a los de pasado mañana? ¿Cómo conseguir resignificar las marcas culturales de la Galicia pasada y futura? ¿Cómo se delimitan las fronteras entre la música tradicional, la folktrónica, la música de club, la world music, las grabaciones de campo...
¿Puede una caja de ritmos danzar al ritmo de una muiñeira? ¿Pueden los ritmos de antes de ayer sonar a los de pasado mañana? ¿Cómo conseguir resignificar las marcas culturales de la Galicia pasada y futura? ¿Cómo se delimitan las fronteras entre la música tradicional, la folktrónica, la música de club, la world music, las grabaciones de campo y el beat de la máquina? ¿Hay espacio para que la música folclórica gallega trascienda a territorios más propios de las vanguardias musicales?
La respuesta es un rotundo "sí a todo". Y la prueba es Baiuca, un proyecto tras el que se encuentra Alejandro Guillán que une la tradición gallega y la vanguardia electrónica. Instrumentos como flautas, gaitas o voces tradicionales se asocian con sintetizadores, cajas de ritmo y programaciones.