Tan potente como espontáneo, el de Woolly Mammoth Rebellion es un sonido áspero y descuidado, cargado de riffs anegados por graves asfixiantes, reminiscencias al rock más oscuro de los 70 y un fanatismo irracional por lo analógico. Sus composiciones beben de corrientes muy diversas, que van desde el blues más clásico al sludge metal, pasando por Jimmy, el hard rock, el doom, Lemmy, el primer hardcore, el grunge, el bourbon, las fotografías con grano o los inevitables Kyuss.