Woodkid fue sin duda una de las grandes sorpresas del 2011. Una llegada inesperada ajena al ruido prefabricado. Con solo 28 años se presentó al mundo con un EP, “Iron”, rebosante de cruda belleza. De nombre Yoann Lemoine y de nacionalidad francesa, es más conocido como director de videos (Yelle, Moby, Kate Perry, Lana del Rey,...), aunque también a cultivado las facetas de fotógrafo y escritor.
La leyenda cuenta que mientras estaba rodando un video en EEUU, el famoso guitarrisa americano Richie Heavens le regaló un banjo, que de inmediato reemplazo a su habitual piano. Sin dejar de lado su faceta de cineasta, Woodkid decidió dedicarse en cuerpo y alma a la música.
Sus temas están cargados de pop épico y poderosas sinfonías. Camina en la sombra de Antony and the Johnsons, y de hecho podrían estar unidos por el mismo espíritu vocal. También hay influencias folk de Nueva York y una brillantez melódica que nos da más que una pista del talento compositor de Lemoine (que podría situarse en algún lugar entre Neil Hannon y Bonnie Prince Billy). Nos ofrece un universo sonoro frágil y elegante.
