William Basinski saltó a la fama en 2004 con ‘The Disintegration Loops’, obra maestra con la que consiguió plasmar de manera excepcional la experimentación que rugía en sus obras desde principios de los 90.
Basinski es un músico de formación clásica y vinculado en sus orígenes al jazz y al avantgarde. Sin embargo, el descubrimiento del minimalismo y su conexión con el punk y sus derivaciones más experimentales (el movimiento no wave) le llevó a interesarse por las posibilidades de la manipulación de cintas, el trabajo con loops y la música repetitiva.
Hablamos de un artista total, amante de lo obsoleto, que mezcla melancolía y fiereza a partes iguales con una fijación por la naturaleza temporal de la vida y los misterios del tiempo.