Biografía

Vessel es el alias bajo el que se esconde el joven bristoliano Sebastian Gainsborough. Forma parte del colectivo Young Echo junto a artistas como El Kid y Kahn & Zou. Tan solo un par de años después de empezar a producir música, Sebastian empezó a llamar la atención a través de algunas referencias publicadas. Poco después llegaría el gran momento al firmar por uno de los sellos del momento, Tri-Angle, para publicar el que será su disco de debut: "Order Of Noise" (2012).

Antes de llegar a Tri Angle, Seb Gainsborourgh ha andado un corto pero substancioso camino a través de varios sellos localizados en los márgenes del dubstep y el house. Su hoja de servicios indica la existencia de valiosos vinilos en Astro:Dynamics –marca que trabaja muy bien el aspecto de los beats brumosos y las exploraciones ambient– y en un par de centros de actividad de la escena de su ciudad, Bristol: Immerse, plataforma en sintonía con el dubstep clásico, y en Left Blank, el sello co-dirigido por Throwing Snow en el que ha terminado por modelar un sonido completo al añadir, de manera hábil y decisiva, unas gotas de house y techno taciturno. A partir de estas coordenadas, resulta extraño que finalmente haya sido Tri Angle quien acabe editando este debut en álbum –y no, por ejemplo, casas más en sintonía con la atmósfera y el quiebro que, con dominio magistral, propone Vessel, ya fueran Modern Love o Workshop–, porque aquí no se da ni esa lectura espectral del R&B que ha sido la seña decisiva del sello ni las nerviosas incursiones en el juke o el hip hop comatoso de Howse o Evian Christ. Pero quizá esta diferencia es la que, al fin y al cabo, corrobora que, si en Tri Angle realmente importa algo, es la textura antes que la estructura.

La textura de “Order Of Noise” está en la intersección que, hipotéticamente, pudieran ocupar en un sistema de conjuntos el dubstep crepuscular de Burial, el techno desnudo y no-euclidiano de Actress y la sensación de calma tensa de una grabación ambient de Echospace. El punto fuerte de Gainsborough no son las voces, sino las superficies porosas y húmedas sobre las que va formando pequeños valles y cordilleras rítmicas. En sí, el álbum está perfectamente estructurado y meditado: tras la breve introducción –que, ya se ha dicho, amaga una influencia R&B, o dream-pop dramático, que remite tanto a su pasado como productor como al presente directo del sello que le aloja ahora–, llega “Stillborn Dub”, otro corte que amaga una intención –la voz, un lamento, es muy Burial– para acabar siendo otra cosa: una toma de dub siniestro, metalizado, que tiene más que ver con la tensión de Sheffield (la sombra de Cabaret Voltaire, alargadísima aquí) que con la melancolía de Bristol. Y una vez amagado el golpe –te acaricio con una mano y te sacudo en el alma con la otra–, “Order Of Noise” empieza a desplegarse como un álbum inesperado, de una belleza insolente y de una tensión calma. Lo que, dicho sea de paso, también es muy Tri Angle. Pero un Tri Angle que, por una vez, ha dejado de mirar a Estados Unidos y se recoge en la cara triste de Europa.

Otro matiz importante, y que refina aún más el impacto y la importancia de Vessel –por cierto, no confundir con el Vessel ambiental que editó algunos álbumes en Expanding; son dos personas distintas–, es ese tono negro y catastrofista que, de una manera muy sutil y al parecer sin intención, tinta “Order Of Noise” desde que empieza hasta que acaba. Si otros títulos recientes en la historia de Tri Angle como el soberbio “Held” de Holy Other o el inaugural “Wander / Wonder” de Balam Acab, partiendo de Burial iban a desembocar en un mar de esperanza, Vessel parece estar más cómodo al borde de esa orilla. No es un disco catastrofista ni deja mal cuerpo con una idea de desesperanza, pero acude a referencias que tienen más que ver con la tensión que con la redención.

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