Pocas presentaciones necesita Pablo Alborán a estas alturas. Ídolo de masas merced a un concepto de la canción pop que tiene algo de pellizco flamenco y también mucho de modernidad en las formas, el malagueño es sin ánimo de intimidad, emotividad y cercanía.
La sensibilidad del músico malagueño es su mejor tarjeta de presentación. Desde aquel lejano 1 de febrero de 2011, fecha de edición de su disco homónimo, el artista no ha dejado de crecer. Pero lo ha hecho poco a poco, sabiendo muy bien cómo dirigir su carrera y sorprendiendo a todo el mundo.
Uno de los artistas imprescindibles del pop en español. Millones de discos vendidos y millones de visualizaciones y escuchas en Youtube y en streaming no pueden ser fruto de la casualidad o de la suerte.
