Nouvelle Vague es el tipo de proyecto que uno debe entender antes de disfrutar. Banda atípica, creada por Marc Collin y Olivier Libaux, dos músicos franceses preocupados de homenajear a las canciones que más quisieron durante su adolescencia (años ochenta), en una clave más suave, jazzera y brasilera.
El primero de ellos es más conocido por el trip hop en Ollano y sus veleidades electrónicas bajo los seudónimos Avril y Volga Select. No así el segundo, imbuido en el anonimato de la escena pop francesa hasta su encuentro con Collin a finales de los noventa. En 2004 realizaron un homónimo álbum de debut, del que vendieron 20.000 copias con su revisión de clásicos del post-punk y la new wave a través de calientes sonoridades procedentes fundamentalmente del Caribe y Brasil. En sus dos álbumes se han hecho acompañar por media docena de voces, más femeninas que masculinas y le han dado una vuelta de tuerca a temas míticos con un toque mezcla de bossa-nova, jazz style y sixties pop.
En directo se hicieron acompañar de dos de sus cantantes Phoebe Killdeer y Mélanie Pain , un batería y un contrabajista. Mélanie Pain tiene ese toque de dulzura casi susurrante, muy al estilo de Beth Gibbons, mientras que Phoebe es todo energía, muy a lo Shirley Manson.