Biografía

Mouse on Mars surgieron en 1993 cuando Andi Toma (Dusseldorf ) y Jan St. Werner (Colonia) se conocieron en un festival de speed metal en Estocolmo y decidieron formar una banda. Su primera publicación en 1994 fue el single Frosch que bebía del Krautrock alemán y que salió publicado en el mítico sello inglés Too Pure. Tras esto vendría su álbum de debut Vulvaland que alcanzó el puesto quinto de los charts indies de Reino Unido.

Musicalmente, Mouse On Mars crean densas atmósferas gracias a la superposición de capas de sonidos que van desde lo experimental al pop y que tratan de evitar la típica sucesión de loops, tan de moda en el mundo de la electronica. Además, desde 1997, dirigen su propio sello Sonig con el que se mantienen independientes de las majors y consiguen difundir sin trabas sus ideas musicales. Han actuado por todo el mundo, desde Europa al Japón pasando por Norteamérica.

En 2012 Mouse on Mars rompen un largo silencio con “Parastrophics”, una nueva entrega de genialidad enlatada, a medio camino del pop excéntrico y los experimentos más ácidos, publicado por Monkeytown, el sello de Modeselektor. A estas alturas de la película, Jan St. Werner y Andi Toma no tenían nada que demostrar (su andadura en común se remonta a 1994), pero lo demuestran igualmente: lleno de glamour, funk y agradables disonacias, “Parastrophics” nos recuerda a los Mouse on Mars a la cabeza de la vanguardia teutona, abriendo, como siempre, su propio sendero en el laberinto de la música de baile actual, mirando siempre adelante y enseñándonos cómo suena el futuro.

En el mismo año, nueve meses después de la edición de "Parastrophics", ya nos tienen más material en formato LP. Se titula "WOW" y es consecuencia de la buena química resurgida entre ambos en el estudio, con su nueva familia Monkeytown, con un señor vietnamita llamado Dao Anh Khanh y como guinda, con una aplicación creada por ellos mismos para el iPhone llamada Wretchup. Una nueva vuelta de tuerca a la originalidad que estos dos científicos del sonido son capaces de dar. La parafernalia que se han inventado para darle a todos los títulos de las canciones tan sólo tres letras dice mucho también en pro de la experimentación. Nos damos de bruces con un buen disco lleno de soniquetes y ruidos de todo tipo. Mucho efectismo y originalidad en la composición. Así por ejemplo PUN resulta como un hipotético peldaño arriba herencia de la IDM y el synth-funk. Hipnótico y eléctrico. APE da la sensación de estar flotando en una humareda de opio y teclados gordos analógicos. Impresionantes dos cortes. Se echan en falta dos o tres piezas más a esta altura.

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