Su primera “audición” con siete años, para el coro de la iglesia de mí barrio. Y desde entonces ha hecho casi de todo en la música, pero siempre interpretando la obra de otros. Nunca pensó que pudiera escribir canciones. Estas combinan dos de las cosas que más le gustan: las palabras y la música.
Este verano se propuso firmemente componer. Y tímidamente salió el primer tema. Le gustó. A este primero le siguieron un puñado más. Canciones sencillas, no sabría encasillarlas en ningún estilo, tienen un poco de todos. Son distintas entre si pero comparten el propósito ambicioso de “mover por dentro” ¿Qué hacer entonces con ellas? Estaban desnudas, solo guitarra y voz. Y entonces, casi mágicamente, se encontró con el señor Macaya, que le ayudó a vestirlas con tejidos de lo más variopinto. Y así se convirtió en Mehnai y con su ayuda va dando forma a este sueño que cada día se vuelve más real.
Esta claro que ni el universo entero puede detener a un corazón que quiere crecer.
