Masaki Batoh, miembro del grupo de rock experimental japonés Ghost, desarrolló una máquina bautizada como Brain Pulse Music Machine, capaz de captar ondas cerebrales y procesarlas para crear sonidos audibles. Así, la interfaz de Batoh conecta directamente las emociones e ideas del intérprete con el sonido resultante, en un experimento musical que mezcla arte y ciencia, y que vio la luz en un álbum publicado por Drag City con la Brain Pulse Music Machine como principal instrumento.