Jeremy Johnson (Plácido) y Laurent Lupidi (Loo) son Loo & Placido,un dúo francés de DJs, remixers y productores. Son unos expertos en el mundo de los mashups (remezclas de dos temas) y remixes en los que mezclan electrónica con rock y rap, siendo ya todo un hito para los efervescentes seguidores de la loca pero creativa escena de bootlegs, remixes o white labels.
Loo & Placido abandonaron su carreras de músicos en 1999, para meterse de pleno en el arte de re-editar cualquier estilo influyente en la pista de baile, después de varios años de giras y grabaciones en estudio como un baterista y bajista en diferentes bandas francesas, tales como Portobello Bones, Satellites, No One Is Innocent, Oui Oui (banda de Michel Gondry) o Rubin Steiner, con quien Placido creó el espectáculo 'Dancing Music Show' en 1998, en el que hacían remezclas en vivo de temas de los Chemical Brothers, Michael Jackson, Daft Punk, The Ramones, Technotronic, Public Enemy o Beastie Boys, entre otros.
Después de recorrerse sin descanso países como Francia, Inglaterra, Alemania, Turquía, USA, etc. L&P se han ganado a conciencia la reputación de incitadores de la fiesta y la diversión sin frenos con sus incendiarios DJ sets. Da igual si lo que remezclan o pinchan sea un hit de antes, como uno de ahora, ¿y qué tal ambos juntos? Un “Back to the Future” que no deja títere con cabeza. Dubstep que muta en rock, fidget house que se pelea con el hip hop, revolucionario nu disco que se funde con clásicos del funk, etc. Cualquier género de la cultura “dance” con su particular aderezo de electro-rock/hip hop es bienvenido. Según ellos mismos dicen "las barreras musicales no hacen más que estorbar."
Desde que comenzó su carrera hasta nuestros días, escenario en el que aparecen, escenario en el que explosionan por docenas sus cut-ups, edits, loops, remixes, etc. Virtuosismo que actualmente llevan más allá, acompañando el directo con máquinas tales como teclados, controladores, efectos, y hasta la mismísima voz de Placido para crear más interacción y conseguir un vuelco completo con el público.
Parecen recién salidos de la viñeta de un tebeo pero sin embargo las mejores batallas las realizan sobre un escenario, una mesa llena de cacharros tuneadores y bafles con decibelios que al menos llevan de apellido los cuatro ceros. Dos enmascarados con ganas locas de liar una fiesta brutal a base de todos esos temas con los que crecimos, pero retomados de un modo totalmente distinto. Para que nos entendamos, la meta no es otra que la de reír, saltar, gritar, llorar, dar palmadas, y sobre todo ¡bailar!
