Empecemos esto finalmente con algo de claridad
Escribo canciones todo el tiempo. A veces no son más que canciones raras que canto mientras cambio a un bebé, o canciones sobre cosas irritantes que me canto a mí mismo o a amigos mientras estoy en un bar, o sobre la Navidad o Nueva York. A veces estas canciones habitan en mi cabeza durante años y les voy añadiendo versos y más versos, casi de forma infinita. A veces no son más que esbozos de ideas, y a veces son cosas plenamente formadas que flotan frente a mí a las que parece fácil dar cuerpo, pero que luchan encarnizadamente en cuanto intento definirlas de algún modo. Algunas las hago con amigos en una habitación con instrumentos. Solo una ínfima parte de ellas se convierte en canción; se graba, parece algo que deba ser compartido. En esos casos, anoto su título o parte de su letra en una página de un librito que siempre llevo conmigo. O canto partes de ellas a una grabadora (o supongo que, ahora, a un teléfono). Llevo haciéndolo desde que era un niño.
A principios de 2015 me di cuenta de que tenía más canciones de las que había tenido jamás en la vida. Más que cuando entré a grabar cualquier disco de LCD, o más que cuando sobregrababa cintas con cosas espantosas en el instituto. Simplemente, tenía montones de canciones y me sentía algo perplejo. Si las grabo, ¿qué hago con ellas? Tal vez ni siquiera debería grabarlas. Consideré esto último, lo cual, en cierto modo, era la opción más sencilla, pero también parecía una especie de extraño y arbitrario (y en cierta forma cobarde) pretexto. Pero si las grababa, bueno, entonces de repente tendría... ¿qué? ¿Un disco?
Así que les pedí a Pat y a Nancy que vinieran a mi piso a tomar café y les dije: "Voy a grabar algunas canciones. ¿Debería inventarme el nombre de un grupo, o hacer un disco de 'James Murphy', o debería ser de LCD?" Todos le dimos muchas vueltas. Habíamos tenido una vida durante los últimos cinco años, lo cual ha estado bien, y ellos han hecho temas increíbles con Museum of Love, The Juan Maclean, y muchas otras cosas. Yo había logrado hacer muchas cosas divertidas y tontas que principalmente irritaban a los seguidores del grupo porque, bueno, básicamente, lo de los torniquetes del metro y un café no es LCD.
En cualquier caso, ambos dijeron: "Hagamos un disco de LCD". Si ellos no lo hubieran querido, lo cual había medio asumido, entonces no habría tal cosa como LCD. Imaginaos esto: a mí haciendo un disco, llamándolo LCD, y luego vosotros vais a un concierto y hay otro tipo tocando la batería, u otra persona al teclado. Horripilante. Luego imaginaos esto: hago un disco de "James Murphy", o, no sé, un disco de "Everteen", o cualquier nombre inventado que se me ocurra, y está Pat a la batería, y Nancy. Tal vez Al no esté demasiado ocupado con Hot Chip y venga a tocar. ¿Que coño es eso? Teníamos estas opciones: 1: Hacer música con tus amigos y usar otro nombre, lo cual parece graciosísimo (Everteen) o egomaníaco hasta rayar la sociopatía (disco en solitario de James Murphy). 2: Hacer música, pero excluyendo deliberadamente a tus amigos por los horrores de la primera opción. 3: Hacer un disco de LCD con tus amigos, los cuales quieren hacer dicho disco, y lidiar con las consecuencias juntos. 4: No hacer música para evitar los horrores de los puntos anteriores. 5: Hacer música y esconderla en alguna parte.
Obviamente, nos decidimos por la tercera opción, y yo estaba totalmente preparado para cierta cantidad de cosas tipo "¡Que le den por culo!"; de hecho, las recibiría con gusto. Extrañamente, da mucha energía recibir críticas gratuitas de gente que no hace música en internet. Y siempre ha habido una corriente de q.l.d.p.c. conmigo (digo conmigo y no con todos porque, sinceramente, nadie odia a ningún otro miembro de LCD, en parte porque son imposibles de odiar y también porque tienen la sabiduría de no hablar más de la cuenta tanto como yo), pero me parece bien. Estoy bastante acostumbrado a ello y me parece relativamente divertido.
Pero, ingenuo de mí, hubo algo que no vi venir: hay personas que no nos odian en absoluto y que, de hecho, se sienten muy ligadas al grupo y que han puesto mucho de su parte en cuidarnos, que se sienten traicionadas porque hayamos regresado y volvamos a tocar. Personas que habían viajado, o tratado de hacerlo, para ir al concierto del Madison Square Garden, a las que les pareció un momento importante, que ahora les parece carente de valor. Simplemente, no había considerado eso. Lo sé, es ridículo por mi parte. Hace unos días, vi unos comentarios en internet de gente que se sentía así y me pilló por sorpresa, y me entristeció muchísimo. Vi que otros respondían cosas como: "Si eso es lo que te importaba y no quieres que toquen más, quizá el grupo te gustaba por razones bastante extrañas", y eso me hizo pensar. La verdad es que, aunque entiendo lo que dice el que contesta, casi que me pongo de parte de la queja original: si os importaba mucho nuestro grupo y pusisteis mucho de vuestra parte en aquel momento (o cualquier otra cosa de nosotros que os parezca), y ahora os sentís traicionados, lo entiendo perfectamente. Tenéis derecho a definir lo que os encanta de un grupo, y tenéis derecho a censurar sus acciones y palabras como os plazca, porque, francamente, sois vosotros los que habéis hecho la mayor parte del trabajo para mantener esa relación, no el grupo. Obviamente, yo estaba tan a la espera de los gritos cínicos de indignación que no vi venir la queja sentida. Siempre habíamos hablado de que nunca traicionaríamos a nadie a quien le importáramos, pero en esas estamos. De nuevo con la oportunidad de hacer canciones nuevas con las personas que me importan y que han dado una parte importante de su vida para hacer juntos esta cosa extraña, y que querían hacerlo de nuevo, y la acepté. Y al hacerlo, traicioné a quienes se sienten traicionados por esa acción. De ningún modo pienso que todos aquellos a los que les gustaba nuestro grupo se sientan mal ahora mismo. Mucha gente a la que le gustábamos está muy contenta y nos sentimos bastante alucinados por las casi abrumadoras reacciones positivas. Anoche estuve con Al y Nancy en un extraño bar italiano y hablamos de lo increíblemente maravilloso que era que tanta gente se alegrara de que regresáramos, pero eso no quita que haya quien se sienta herido. A vosotros os digo: lo siento muchísimo. Lo único que podemos hacer ahora es volver al estudio y acabar este disco, y hacerlo lo mejor posible. En mi opinión, tiene que ser mejor que cualquier cosa que hayamos hecho antes, porque no tendrá la ayuda de ser la primera vez. Y tenemos que tocar mejor que nunca, francamente. Cada actuación tiene que ser mejor que la mejor actuación que hayamos dado jamás para que nadie diga: "Bueno, ha estado bien. Quiero decir que no tan bien como antes, pero, ya sabes, ha estado bien". Sabemos todo eso, lo cual es saludable para nosotros porque significa que volvemos a la guerra, como al principio. Para nosotros, siempre fue como ir a la guerra, solo que ahora la libramos contra nosotros. Tal vez tengamos una oportunidad de rectificar.
En otro orden de cosas más pedante: no vamos a tocar únicamente en Coachella. Tocaremos en todas partes. No nos limitamos a hacer una gira de reunión. Lanzaremos un disco (en algún momento del año; de hecho, aún estamos trabajando en él), así que esto no es una vuelta de honor o algo parecido, lo cual no nos interesaría demasiado. Esto no es más que el bus lleno de maestros suplentes que regresan de la pausa del café con canciones nuevas y los mismos instrumentos extraños, o lo que nos queda de ellos (es interesante volver a comprar el mismo equipo y, en algunos casos, recomprar un instrumento a la persona a la que se lo vendiste), paseando por ahí tratando de hacer más ruido que los demás. Menos mal que nunca fuimos delgados ni jóvenes. O, por lo menos, yo no. Es algo que siempre les pasa a los grupos. Normalmente no están gordos cuando vuelven, solo... no sé, más regordetes. Tuve suerte de empezar esta banda siendo gordo y viejo, así que en internet no hay mierdas tipo "¡Mira qué jóvenes que eran!". Sé que éramos más jóvenes y todo eso, pero no jóvenes. Ya sabéis a qué me refiero.
Una última nota: gracias a todos los que han sido absurdamente buenos con nosotros a lo largo de los últimos 14 (!) años. Si habéis pasado a otra cosa y ya no os gustamos, evidentemente, no pasa nada. Pero, por favor, si alguna vez os dimos alguna alegría, encontrad algo nuevo y bueno que os alucine y publicadlo en nuestra página de Facebook diciendo algo como: "¡Que os den por culo! ¡Esto sí que es la hostia!", para que podamos escuchar cosas nuevas. Eso sería lo mejor para todos.