L.A., bajo estas iníciales se esconde Luis Albert Segura, un veterano de la escena alternativa mallorquina. Lleva paseando su arte desde el año 1994 en bandas cómo The Green Cherries, Los Valendas y The Nash. Con dichas bandas logra un cierto reconocimiento a nivel local, edita discos y logra realizar giras por escenarios internacionales. Todo ello hasta el año 2004, momento en que decide probar suerte bajo las siglas L.A.
L. A. factura un indie-pop de alta definición. L.A. es un pequeño secreto pero con destino grande, muy grande. Y no hablo de cifras prosaicas sino de impacto perenne. De ese que anida en el legado de artistas especiales a la mejor memoria colectiva. De hecho, los escasos privilegiados expuestos ya a su alcance compartimos asombro total y enriquecedora abducción a un nirvana de laptop-pop orgánico, del que cuesta bajar de nuevo a tierra. Simplemente genial. Canciones como ‘Crystal Clear’ o ‘Evening Love’ han creado un lugar común en esta sociedad española al que puede acudir cualquier tipo de público sin por ello tener que sentirse identificado con una u otra corriente. La belleza de sus melodías es universal. No entiende de edades, de actitudes, de poses, de moda o de apariencias. El nombre de L.A. corre como la pólvora y pronto serán una referencia extendida. Sin prejuicios, siempre.
