A falta de encontrar un término más apropiado, hoy día se etiqueta como powerpop cualquier cosa que suene melódica y no sea ni pop romántico comercial, ni indiepop gafapasta. De acuerdo, ¿quieres saber lo que es el verdadero powerpop? ¿Ese que retoma la energía del punk y la actitud y gancho melódico de la new wave? La respuesta a amabas preguntas es Kurt Baker, librero de día y rockero de noche, además de conductor por temporadas de un programa de televisión de su Portland natal.
Un alumno aventajado de la escuela de Elvis Costello que domina a la perfección el arte de construir canciones como las de antes. Es decir: composiciones perfectas y repletas de estribillos con gancho. Hablar de Kurt Baker es prácticamente hacerlo del powerpop actual en sí, ya que este figura encarna todas y cada una de las características del género: temas redondos que llegan al oyente de forma directa e inmediata con ese pulso vital, energía y efervescencia propias de la juventud.