La vida de Kidd Ross está ligada al universo musical. Su precoz interés por los ritmos dance le vino de la mano de un entorno que le permitió vivir festivales y aprender de los mejores Djs cuando contaba con tan sólo 10 años.
El paso definitivo lo dio a los 15, cuando decidió dejar sus estudios para centrarse en producir y mezclar con la vista puesta en la pista de baile. Para entonces ya había conocido y asistido a sesiones de Fatboy Slim o Tiësto, todo un ejemplo, por tanto, de precocidad y puntería para saber estar en el sitio y momento adecuado. Además de ejercer de DJ, Ross también re-mezcla y produce su propio material, siendo cada vez más realidad y menos promesa dentro de los nuevos talentos de la música de baile internacional. En sus sesiones plantea su particular apuesta por un House progresivo que se torna en una suerte de trance astral.