Julianna Barwick se inició en el mundo de la música en el coro de una iglesia, un hecho fundamental puesto que sus tracks se cimentan en grabaciones vocales propias sobre los loops que va creando. Barwick se auto-editó su primer álbum, ‘Sanguine’, en 2006, donde la improvisación y los overdubs y percusiones vocales empezaban a definir un estilo que ha ido evolucionando. Le siguieron ‘The Magic Place’ y ‘Nepenthe’, siempre editados por ella misma. Con ‘Will’ (Dead Oceans, 2016), se ha convertido definitivamente en una figura de la electrónica gracias a su cuidada producción y a la carga inmersiva y atmosférica, llena de suaves sonidos synth, loops y vocales que definen su exploración musical.
