Poseen Juanita y Los Feos (JYLF) la envidiable y nada habitual capacidad para desconcertar al oyente que se acerca a su sonido. Escudados tras un nombre poco convencional, son capaces de arremeter con dureza insospechada cuando se les presupone amantes de pop suave; o de lanzarse a las más desenfrenadas melodías nueva-ola cuando algunos les esperaban acometiendo garaje de tonos sucios.
Asimismo, su cantante, Juanita, se desenvuelve con igual comodidad tanto con mallas y pinturas felinas como con la apariencia de una participante en un concurso de Eurovisión de los 60. Combina con soltura su presencia en escena y un timbre característico compatible con composiciones de teclado con aires de los 80 y disgresiones de la más rabiosa crudeza. Y es que en el fondo JYLF son un poco una combinación de todos estos ingredientes, en principio, nada conectados entre sí. Lo que a ojos de algunos pudiera pasar por indefinición de estilo, es por el contrario, una más que apetitosa riqueza de posibilidades ante la que resulta difícil resistirse.
Bajo el influjo de la idea de “hacer el gañán en un local de ensayo”, los madrileños Juanita Y Los Feos perpetran su punk wave con una aguda visión del pop que invita a saltar a la primera de cambio ante los temblores de “Maldito Desagradecido”, “Baila Como Un Robot”, “Sisebuto” o “No Tengo Ritmo”, entre otras perlas.
Con un homónimo primer álbum grabado en 2007, EPs como “Robot Gigante Avanzado” (2006), “Angelines / Doberman” (2009) o “Despacho Oval” (2011), y el LP “Pesadilla Adulta” (2012), editado por Munster, Juanita, Fa, Ángel, Rafa y Aníbal, se desmarcan de cualquier escena metiendo mano a cualquier sonido que se les cruce, consiguiendo así sonar permanentemente frescos.
