No hay descartes en el universo claroscuro del cuarteto liderado por la vocalista y teclista Teresa Cobo.
Post-punk, pop y mucha energía en un trabajo que bebe de bandas como Sonic Youth, Slowdive, Sleater-Kinney, The Cure o, por qué no, de compatriotas y amigos de lo crudo como Triángulo de amor Bizarro o El Columpio asesino.
Tienen un...
No hay descartes en el universo claroscuro del cuarteto liderado por la vocalista y teclista Teresa Cobo.
Post-punk, pop y mucha energía en un trabajo que bebe de bandas como Sonic Youth, Slowdive, Sleater-Kinney, The Cure o, por qué no, de compatriotas y amigos de lo crudo como Triángulo de amor Bizarro o El Columpio asesino.
Tienen un sonido impactante y personal. Tal vez sea por el sonido inmediato y reconocible, plagado de detalles, de bajo y guitarra cortesía de Juan Rodríguez y Tahiche Guillén, la contundencia de esa base rítmica y la batería de Pablo Costa o el personalísimo y extraño mundo interior que invoca la vocalista y teclista Teresa Cobo en cada una de las canciones. Lo que está claro es que el sonido de Dolores es único.