El primer festival al que he asistido este año y aunque en un principio mi interés no iba más allá de unos pocos grupos, reconozco que he disfrutado de lo lindo. No sé si le ha pasado a alguien más, pero el Otero me ha parecido algo así como el hermanito pequeño del Resurrection Fest.

Llegué a Sir Lauren's justo cuando Hate In Veins terminaban su show, así que tuve tiempo de echar un vistazo antes de que comenzara el siguiente. Nunca había estado en esta sala y la verdad es que no tenía buenas referencias, pero tanto la amplitud de la misma como el escenario me gustaron. Además del típico merchandising de los grupos, también había varios stands de venta de discos, parches para las chaquetas... y un montón de imágenes adornando las paredes de monjas en situaciones comprometidas.

Del concierto de Tragic Vision poco malo hay que decir. El quinteto asturiano de metalcore se dejó la piel y centró el set list en su último trabajo, "Negactivity", pero desgraciadamente se encontraron con un público un bastante apagado.

Los siguientes en saltar al escenario fueron Soldier, y su thrash metal marcaría la línea a seguir el resto del día. Veteranos de la escena asturiana, tuvieron tiempo de dedicar temas tanto a "los que ganan sueldos de cinco cifras y roban" (atentos a la portada de su último disco, “The Great Western Oligarchy”) como a Mercyless, que se despedirían de su carrera musical con un gran show al día siguiente. Los primeros mosh pit del día llegaron a su plenitud con la versión del "Cowboys From Hell" que tocaron junto a componentes de Trallery, Mutant Squad y Crisix, y que serviría para poner punto y final a un gran concierto.

Con el tema central de "Terminator" comenzaba el que para mí fue el mejor concierto del festival. Con un solo disco en su haber, el trio mallorquín, Trallery, demostraba que no hay que irse fuera de España para escuchar thrash metal de calidad. Tema a tema desgranaron "Catalepsy" con el público totalmente en el bolsillo, por no hablar de mí mismo que disfruté como si de Slayer se tratara. Expertos como son en Metallica, nos regalaron una versión de "Creeping Death" que hizo las delicias (más si cabe) del respetable. Una vez terminado el concierto me acerqué a su stand para felicitarles y hacerme con un nuevo Ep en directo que acaban de editar.

Los siguientes eran los gallegos Mutant Squad. Veteranos también de la escena thrash nacional, virtuosos y currantes como ellos solos (este verano tocarán en Acordes de Rock, Rock Arena, Resurrection Fest...), no llegué a disfrutarlos tanto como hubiese querido. Centrados sobre todo en temas de su disco "Titanomakhia", también se atrevieron con sendas versiones de Black Sabbath y Sepultura. "Refuse, Resist", de estos últimos, sirvió para finalizar el concierto e invitar a salir a escena a gente de Soldier y Trallery, evidenciando el buen rollo existente entre grupos.

Qué mejor forma de finalizar la noche que con Crisix o, mejor dicho, con el fiestón de Crisix. Y es que me gustan mucho sus discos, pero está claro que el directo es su hábitat natural. Salieron a tocar a muerte dejando claro una vez más el alto nivel de metal que tenemos en este bendito país. Los temas de sus dos fantásticos discos (deseando escuchar el tercero) se iban alternando en su repertorio con medleys, pits de todo tipo, cambios de instrumentos y versiones como "I'm The Man" de Anthrax, o la mítica "Iron Maiden", que dedicaron a Larry Runner (¿aún hay alguien que no conozca "Diario de un Metalhead"?). Inolvidable.

El sábado procuré llegar a tiempo para ver a A.D. Ellos mismos se definen como brutal crossover y está claro que brutales son. Pusieron todo de su parte, pero el público era tímido y escaso. Una lástima que la gente no apoye a las primeras bandas del cartel, porque todas lo merecen.

Con Teething la cosa empezó a mejorar en lo que a audiencia se refiere. Al grito de "el anticristo está en Oviedo", la banda madrileña puso en práctica toda la brutalidad de su grindcore. Durante todo el concierto, su vocalista, enfundado en una camiseta de Hellhammer, no dejó de moverse entre la gente, llegando incluso a subirse a la barra ante la cara de desaprobación de la camarera. Pudieron gustar más o menos, pero seguro que no dejaron indiferente a nadie.

Bellako fueron los encargados de arrancar los primeros mosh pit de la jornada en una sala prácticamente llena. Los temas de su nuevo Ep, "Infection", funcionan a las mil maravillas en directo y eso sumado a la fuerza y la actitud de sus componentes dio lugar al primer gran concierto del día. En esta ocasión fue Kurti el encargado de pasearse entre la gente armado con su guitarra mientras hacía headbanging. A buen seguro que hizo las delicias de muchos fotógrafos.

Las camisetas de Dark Funeral y Bathory que se veían por el escenario poco antes de comenzar Legacy Of Brutality, hacían presagiar que el siguiente concierto se iba a salir de la línea habitual del día... y así fue. La contundencia del death metal de los asturianos fue impresionante, pero desgraciadamente el público no correspondió de la misma manera. Y es que a pesar de tener un gran número de seguidores, no eran muchos los que se encontraban presentes. Creo que habrían encajado mucho mejor el viernes. Aun así, castigué todo lo que pude mis cervicales y corrí a comprar su último trabajo, "Giants", una vez acabado el concierto. Si os gusta el death "old school" y tenéis ocasión de verlos en directo, no os los perdáis.

Con "bienvenidos, hijos del harcore", el vocalista de los catalanes Anal Hard ponía punto y final a cualquier resquicio metalero que aún pudiera quedar en la sala para retomar el hardcore (¿o debería decir defeko hardcore?). Por problemas de última hora tuvieron que utilizar los instrumentos de Bellako, pero eso no les impidió meterse a la gente en el bolsillo al poco de comenzar el concierto. Y es que el cuarteto de Masnou, con tres discos en su haber, están lejos de ser unos novatos. Además, a la contundencia de su música y a la guturalidad de sus voces se unieron las lluvias de confeti y balones de plástico que dieron un ambiente aún más festivo a los interminables pogos.

Lazare fue el único grupo de fuera de la península que participó en el festival. Procedentes de Rouen (Francia), pusieron los puntos sobre las íes con su hardcore cantado a dos voces que en algunas ocasiones recordó bastante a Biohazard. El concierto fue impecable salvo por un pequeño problema con un micro que se solventó inmediatamente.

EL plato fuerte del día (o la noche, según se mire) llegaba con Looking For An Answer. Los madrileños son todo un referente dentro del grind/deathcore nacional y en el Otero dejaron muy claro que no eran cabezas de cartel por casualidad. El concierto no tuvo pega alguna, exceptuando algunos problemas iniciales con los monitores y la verdad es que lo disfruté mucho más que en el Resurrection Fest 2014. La sala siempre tiene mucha ventaja con respecto a los espacios abiertos, al menos para mi gusto. En definitiva, una hora u hora y poco de brutalidad sonora y un cabeza de cartel que no admite discusión.

Los encargados de clausurar el festival fueron los veteranos de la escena hardcore asturiana, Mercyless, que ese misma noche se despedían de los escenarios. El grupo sin duda quiso que su último concierto se quedara grabado a fuego en el recuerdo de los asistentes y así fue. Salieron a matar con su mejor repertorio, con más ganas que nunca, y con el apoyo de todos los que allí estábamos. Siempre fuertes, nunca mejor dicho.

17/05/2015
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