La música de Anabel Alpers, de Nueva Zelanda, mezcla psicodelia, el pop de los grupos del chicas de los 60, folk y electrónica vintage. Piense en Broadcast para hacerse una idea de su electro-pop psicodélico y minimalista. Su último álbum, mezclado por Nicholas Vernhes (Animal Collective, Beach House), habla de sentimientos humanos como la angustia o el daño que hace la soledad, pero su sonido épico remite a un sistema solar paralelo, con galaxias surreales, bonitos planetas brillantes, asteroides que colisionan produciendo sonidos distorsionados y toneladas de basura espacial analógica. En cualquier caso, los sintetizadores minimales, las guitarras lánguidas, la voz etérea y el viaje interestelar nunca esconden el triunfo de la melodía pop.